0tra vez nos tapo el agua

El 2 de abril del 2013 la Ciudad de la Plata y algunos barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quedaron debajo de casi más de un metro y medio de agua. Como consecuencia muchas familias perdieron todo, no sólo sus pertenencias materiales sino muchos de ellos perdieron a familiares, amigos. Se dice que hubo más de 54 muertos a causa del temporal y nose puede saber cuántas muertes más llevará consigo este fatídico temporal.

No es la primera ni última vez que la Plata amanece bajo agua; hasta la fecha ya hay cuatro inundaciones en menos de ocho años. Fueron en el 2002, 2005, 2008 y 2010; sin contar la del dos de abril, la cual sería la quinta y más terrible.

En una jugada casi veloz, a pesar de las distancias tanto el gobierno nacional como la jefatura de gobierno salieron a ofrecer subsidios. La Presidenta destinó más de $1.400 millones a créditos, duplicara la jubilación y la asignación por hijos. Macri hizo lo mismo con otros montos; aproximadamente por 20 mil pesos, además a los afectados que debían el ABL la deuda quedara saldado. Esta maquinaria de subsidios se efectuó con muchísima rapidez, no así la ayuda a los damnificados. Como siempre en la argentina antes que la reacción y ayuda de los políticos esta la solidaridad de todos los ciudadanos. Se puede decir que los damnificados podrán salir adelanté por la colaboración de la gente; quienes el minuto cero que la noticia se dio a conocer ya empezaron a recolectar comida, frazadas, colchones, agua ; etc.

Mientras las personas se movilizaban los políticos de turno se encontraban de vacaciones, viajes; da igual. No estaban para dar indicaciones o poder llevar adelante un sistema de emergencias  lo más rápido posible. Aunque algunos mintieron diciendo que se encontraban repartiendo agua potable, fue el caso del Intendente de la Plata Pablo Oscar Bruera quien había asegurado vía la red social twitter su ayuda. Pero el plan de comunicación le salió mal; pero rápidamente se supo que esto no era así y que el mismísimo Intendente se encontraba junto con su familia en alguna playa paradisiaca en Brasil. Por supuesto dicha jugada le costó el puesto a algún asistente de Bruera pero su cabeza y puesto aún se mantienen intactos.

Además de la ausencia de los dirigentes también se sufrió la ineficiencia y las regularidades que tienen los servicios; algo que últimamente se denota mucho. ¿Será la falta de control del estado, la falta de inversión de los mismos?;  tal vez será la sumatoria de los factores. Pero lo que sí se sabe es que Edenor y Edesur dejaron a sus usuarios sin luz; en el caso de la Ciudad de Buenos Aires fueron más de 8 mil hogares y muchos estuvieron casi una semana sin el sumunistro del mismo.

¿Argentina cuanta con sistema de emergencias? ; Si o por lo menos hasta el 2002 opero. Es el Sistema Federal de Emergencias (SIFEM) dirigido por el Jefe de Gabinete. El organismo tenía el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo así como la asistencia  técnica de la Federal Emergency Management Agency (FEMA).

En dicho año el SIFEM fue convertido en una oficina dentro de la Secretaria de Seguridad Interior del Ministerio de Justicia. Dos  años más tarde paso a ser una  oficina de la Dirección General de Defensa Civil dependiendo de la Subsecretaria de Seguridad y Protección Civil, dependiendo de la Secretaria de Seguridad Interior, dependiendo del Ministerio del Interior. Un cuento chino. Después de ocho años quien quiera entrar a  su sitio web lo encontrara con un cartel que dice: “Página en construcción”. En el presupuesto de La Nación sólo figura un monto de 206 millones de pesos para acciones de Asistencia social, cuya unidad ejecutora no está definida.

Como dijo Daniel Coroli, titular de la autoridad de agua de la provincia, en el 2008: “Muchas veces es mejor pagar indemnización que hacer obras tan costosas para episodios que se repiten cada cien años”.

Lástima que Coroli se equivoco; los episodios son cada vez pasan más seguidos y con mayor intensidad.  Pero la vida de las personas no tiene precios; como dice el refrán más vale prevenir que curar  y con suerte después de esta tragedia los funcionarios públicos comiencen a aplicar dicha frase.

 

Solange Cipriani

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